

NUESTROS CRISTALES
Daniel Swartz (que más tarde cambió su apellido por Swarovski) nació en 1862 en North Bohemia, que ahora es República Checa, en una familia de artesanos del cristal cortado.
Su padre se dedicaba a tallar cristal y en aquel entonces, tenía una pequeña fábrica de vidrio. Este fue el lugar donde el joven Swarovski empezó como aprendiz y adquiriendo las habilidades y conocimientos relacionados con la talla de cristal.
En 1892 patentó una máquina de corte eléctrico que cortaba cristal con mayor precisión que a mano, tres años más tarde fundó, con otros dos socios la fábrica de Swarovski en Austria.
Hoy distribuyen sus Cristales a diferentes joyerías del mundo. Como él decía “un diamante para cada persona”.
Ya que muchas mujeres en aquel entonces (igual que hoy!) usaban el cristal Swarovski ya que no podían pagar diamantes de verdad.
Sus cristales mezclan óxido de silicio, cuarzo y plomo. Una receta ultra secreta que entrega un resultado firme y resistente. Y que al ser sometida a los inigualables cortes Swarovski logra un brillo deslumbrante.